Nuestro mundo está en constante cambio. Las diferentes revoluciones industriales nos han permitido vivir grandes avances en nuestra relación con el entorno y entre nosotros, y la digitalización fue una de esas transformaciones profundas e irrevocables. Muchos fueron los que se resistieron a este cambio o no supieron ver a tiempo su potencial.
De la misma forma, la era de la virtualización comienza a darse paso. Una transformación en la que el mundo digitalizado da el siguiente paso hacia una tridimensionalidad que le permita mezclarse de forma inmersiva con el mundo real.